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Diario de la Expedición
Imágenes
Crónica:

1 de agosto de 2008

El Sol negro.

El día que el mundo se transformó en otro planeta estábamos en la orilla de un lago en el centro de la inmensa Rusia. En un instante el sol se apagó y se convirtió en un abismo por el que parecían escaparse todos los colores de la tierra. Un agujero en el cielo que nos retrató en color violeta mirándolo fijamente, hipnotizados por su brillantísimo anillo de diamante. Por una vez, el día que la Tierra oscureció, los observadores nos sentimos observados por el espacio infinito.
Y a un inmenso silencio de un solo segundo siguieron gritos, risas, lágrimas, abrazos y felicitaciones, tanto de los que habían asistido a su primer eclipse como los que llevaban varios pegados a la piel, porque un espectáculo como este no se olvida. Nunca. Y los estudiantes que han tenido la suerte de poder contemplarlo podrán dar fe de ello cuando lleguen a sus casas.
Lo habíamos conseguido, y eso que desde España nos llegaron malos augurios en forma de predicciones meteorológicas que amenazaban lluvia y que hacia el mediodía el cielo llegó a nublarse. Finalmente no hubo concesiones a los agoreros y una hora antes del primer contacto ya sabíamos que el eclipse iba a lucir sobre un tapiz de cielo azul, limpio y despejado.
Desde la mañana habíamos instalado los equipos de observación para que todo estuviese listo cuanto antes. Con el equipo desplegado solo quedaba dar un paso más. Compartir el momento con todos los que quisieron conectarse con nosotros a través de Internet, un objetivo que también se consiguió gracias al apoyo de Cajacanarias y el soporte técnico de la Universidad Politécnica de Madrid. Estamos orgullosos de poder decir que hemos enviado la imagen del Sol negro a más de 10.000 personas que intentaron conectarse en directo. Ojalá les hayamos transmitido también una parte del sentimiento de gozo del que ahora mismo disfrutamos.
El objetivo científico que perseguíamos se ha conseguido, pero el viaje continúa, igual que la formación de los alumnos que nos acompañan. Mañana muy temprano volvemos al Transiberiano donde tenemos dos días de viaje por delante. El camino realizado en sentido inverso, aunque no serán las mismas personas que llegaron hasta aquí las que suban mañana al tren en la estación de Novosibirsk, los estudiantes se habrán transformado, aunque sea por unos días en viajeros, y serán, …seremos…, personas que ya saben por fin a lo que venían. Creo que mañana subirá a ese tren un grupo de personas felices.

ROBERTO GONZÁLEZ

EL VIAJE DE…CAROLINA, MARCOS E IVÁN.

Hemos tenido la suerte de presenciar el ansiado eclipse total de sol en Novosibirsk.
Lo que al principio parecía un día turbulento y estresante se convirtió en una experiencia que jamás podrá ser borrada de nuestra memoria.
En los momentos previos cada uno de nosotros preparaba las tareas que tenía encomendadas, mientras tanto la tensión y el nerviosismo iban aumentando. A nuestro grupo se le asignó la medición de las condiciones atmosféricas.
A las 17:45 (hora local) se produjo el segundo contacto del eclipse, es decir, el momento en el que el sol fue cubierto totalmente por la luna. En ese instante todas nuestras emociones afloraron al contemplar ese magnífico espectáculo de la naturaleza.
De repente todo se oscureció , el paisaje cambió de color y se observaban diversas tonalidades : en la parte superior del cielo se diferenciaban colores que iban desde el negro hasta el violeta los cuales tornaban a naranja en la franja inferior . Las sensaciones percibidas fueron muy variadas: la paz interior , el recuerdo de los seres queridos, los momentos vividos durante nuestra travesía, que el objetivo del viaje se había cumplido y comenzaba el regreso a casa ,…pero al final todos coincidimos que el esfuerzo realizado para vivir esos dos intensos minutos había valido la pena. Lo único que lamentamos es que algo tan maravilloso no se prolongue durante mucho más tiempo.

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