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Diario de la Expedición
Imágenes
Crónica:

6 de agosto de 2008

Eclipse Total de Sol

"Nerviosismo, comienza la cuenta atrás, el momento se acerca. La luz del Sol se va desvaneciendo, las tinieblas se apoderan del lugar, y de nosotros…La oscuridad total, la noche en pleno día, el Sol por primera vez en la vida de la mayoría de nosotros deja de estar presente aunque sólo sea durante unos instantes. Instantes en los que se transforma en un círculo totalmente negro, rodeado de un halo de un color nunca visto, metálico, triste, todo pensamiento anterior al momento ha desaparecido, mi mente está vacía lo único que puedo hacer es observar aquel fenómeno, un eclipse de Sol."
-Adrián Santana Cabrera-

"Esa noche me costó bastante conciliar el sueño. Pensé en ella, ya parte casi inseparable de mi ser. Mi vida, casi mi todo. Mi querida compañera. Después vino el miedo. Luego, una insaciable curiosidad por presenciar lo que se avecinaba, una sombra rodeada de un halo luminoso que lo representa todo. Créeme, lo he visto. Más que curiosidad por presenciar, diría que era ansiedad por sentir. Sentir lo que sienten la mayoría de los humanos sobre este planeta y que a mí, en más ocasiones de las que me gustaría, se me hace más difícil de lo normal. Con ella lo he encontrado. Con este milagro de la ciencia y la casualidad, también.
Esa mañana me costó levantarme. Día D. Día H. Día de los sentimientos. Llámalo como quieras, porque merece el nombre que cada uno quiera darle. Montamos el campamento a lo largo de la mañana, y luego simplemente esperé. Cinco segundos para la totalidad. Excitación, pero de momento ningún sentimiento. Al fin, llegó el momento. Intentaré resumir aquí lo que sentí, expresarlo con palabras, aunque no estoy muy seguro de que sea capaz de hacerlo.
De repente, toda emoción, pensamiento y sentimiento abandonó mi mente, mi cuerpo. Me sentí vacío, más vacío que nunca. Sentí de verdad lo que era tener la mente en blanco. Sólo tenía ojos, mente y cuerpo para el gran agujero negro del cielo, rodeado de luz. Entonces, todo pasó muy rápido. Millones de sentimientos y pensamientos acudieron a mi cerebro de golpe, como no me había pasado nunca. Fue abrumador. Sólo veía un punto negro en el cielo, rodeado de luz. Un pozo sin fondo, muerto, pero a la vez lleno de vida. Lleno de todo lo que quiero y deseo. Lleno de sentimientos."
-Alberto Hernández Fernández-

"Ver entre la desesperación las nubes desaparecer y el claro cielo brillar. Sentir la vida, la naturaleza a tu alrededor. Ver la noche caer como si de un espeso manto de tinieblas se tratase y, sin embargo, la luz sigue ahí, en lo alto, brillando. Sentir que es el fin del camino, que desaparece el peso de tus hombros. Los gritos de júbilo de tu alrededor se apagan. Están ahí, pero se apagan. Una sola imagen, ninguna palabra. Sentirse realizada. Vuelve la luz, pero las tinieblas se quedan en el alma. Sonreír, abrazar a los compañeros, llorar por haber conseguido el mayor deseo."
-Carla Gopar Carbonell-

"Los primeros rayos de luz entraban por la ventana mientras yo permanecía acurrucada en mi cama, el día prometía ser como otro cualquiera… A medida que el día transcurría, la tensión y el nerviosismo iban invadiendo mi cuerpo… Pero esta sensación llegó al límite cuando comenzó la cuenta atrás para el primer contacto. Al llegar al “tres, dos, uno, cero…” sentí frío y un pequeño cosquilleo en mi estómago, los nervios iban en aumento, el momento que tanto tiempo llevaba esperando por fin se aproximaba a pasos agigantados. La temperatura descendía, el tiempo pasaba muy despacio pero sin llegar a pararse, y a la vez, un poco de desesperación se apoderaba de mí.
Y llegó el segundo contacto, todo quedó recubierto de un manto translúcido y oscuro, el tiempo pasó de ir muy lento a correr vertiginosamente, pero a la vez no tenía conciencia de lo que a mi alrededor ocurría.
Cuando la totalidad finalizó, el tiempo recuperó su velocidad habitual, y fue en ese momento cuando me sentí totalmente vacía, había durado menos de lo que me esperaba, miré las caras de atónitos de mis compañeros, el viaje se acababa, quedaba poco para separarnos y probablemente no volvernos a ver…"
-Carolina Cerrella Cano-

"El día 1 de agosto del 2008 ya estábamos todos nerviosos porque era el día por el que habíamos estado corriendo de aquí allá era el día del eclipse total de sol. Desde las 10 de las mañana ya estábamos en la playa montándolo todo. A las 5:45 ya empezaba la luna a comerse al sol y a partir de ahí el tiempo pasó volando hasta que la penumbra lo llenó todo. La oscuridad duró 2 minutos más o menos, duró muy poco pero si durara más no sería tan especial.
Durante esos dos minutos todo fue silencio hasta que de repente salió el primer rayo de sol y junto a él las lágrimas de muchos y los gritos de otros. Todos estábamos muy emocionados, fue una experiencia muy difícil de olvidar."
-Iván Luzardo Barrios-

"Nunca imaginé que un eclipse podría marcar tanto a una persona y producir tanta cantidad de emociones, y al mismo tiempo, sentirse incapaz de reflejar ninguna. Porque la alegría, el asombro, la melancolía, el miedo y la satisfacción despiertan junto con los rayos del Sol una vez pasado el eclipse.
No hay nada más enriquecedor que vivir este evento en persona, preparado y en buena compañía, disfrutando y deleitándose con cada segundo de los escasos pero emocionantes minutos que dura esta maravilla.
Ninguna imagen le hace justicia a la realidad de la belleza de su corona, de sus metálicos colores, ni del crepúsculo inesperado que sólo unos pocos privilegiados son capaces de observar."
-Jonatan Emmanuel Toledo-

"Todo se oscureció y quedó en silencio cuando, tras largo tiempo de espera, la Luna cubrió totalmente al Sol. En ese momento, todo mi ser fue invadido por un vacío en el que solo cabía el esplendoroso espectáculo del cual yo era espectador. Instantes después del eclipse, un sinfín de pensamientos llenó mi mente y me di cuenta de que no todo se puede expresar con palabras , sino que simplemente deben ser contempladas para saber lo que se siente y una de ellas es ésta."
-Marcos O. Fragiel Saavedra-

“La totalidad se acercaba y con ella una venda de seda fría, que poco a poco convertía todo en oscuridad. Una oscuridad, para mí, realmente aterradora… Abría y cerraba los ojos buscando explicación para aquel extraño suceso, pero mi mente confundida me paralizaba por completo.
La gente de mi alrededor había muerto, o eso parecía, al menos ya no los escuchaba… Sentía en mis pies el tiritar del lago, asustado, que reflejaba expectante la dura imagen del cielo: Los dos grandes titanes se habían encontrado por fin, el gobernante de la noche y de las tinieblas enfrentado con el Rey del día…
El último rayo de sol anunció su derrota, por primera vez, la Luna gobernaba el día y su coronamiento hizo estremecer a todos los observadores. Pero el auge apenas duró unos minutos y el Rey volvió a resurgir, con sus llamaradas ardientes restableciendo el curso natural: la gente de mi alrededor había vuelto, algo aturdidos y con lágrimas en los ojos; el lago sosegado recuperó su vaivén en la orilla; y yo, permanecía como al principio, sentado en aquella roca ensimismado por el fenómeno.”
-Jesús Kevin Torrés Estevez-

"El 1 de Agosto de 2008 me encontraba en Siberia con una sensación de inmensa expectación ante el grandioso espectáculo que iba a presenciar. En los momentos previos al Eclipse me preparaba para, simplemente, observarlo y trabajar en él, pero llegó la hora y me di cuenta de que en mi interior comenzaba a aflorar algo que jamás en mi vida había sentido. Entonces me di cuenta de que no solo me habían preparado para observarlo, sino para sentirlo y vivirlo especialmente, ya que en el momento de la totalidad vino a mi un inmenso cúmulo de sensaciones que fueron exteriorizadazas en unas lágrimas, que aunque no lo sabía, ahí estaban."
-Miguel Ángel Godoy Martín-

"En la observación de este fenómeno tan bonito e intrigante, se puede decir que apareció un sentimiento nuevo, no fue una sensación que había tenido anteriormente. Cuando ya quedaba poco para la fase total del eclipse estaba muy nervioso. Cuando apareció la totalidad, de repente, sentí un vacío en mi interior. Fue una sensación increíble la tuve durante estos dos intensos minutos y luego cuando apareció el primer rayo de luz, que significaba la finalización de la fase total, este vacío que sentía se llenó de algo, no sé de qué, pero yo sentí como ese vacío se desvaneció y surgía un extraño sentimiento. Fue increíble. Quiero repetirlo."
-Octavio Tejera Santos-

"A veces es difícil encontrar palabras para describir algo que me ha marcado, me está marcando y me marcará para toda la vida: un eclipse. Poca gente sabe apreciar la belleza de la naturaleza, todo ello cambia al vivirlo en tus propias carnes, como me pasó a mi. Ver esa corona con esos colores tan llamativos y preciosos, y esa oscuridad que inunda tu alrededor es algo increíble. Todo ello, mezclado, recibe el nombre de ENCANTO. Después, todo llega: risas, lágrimas, emociones, etc...Una imagen que no lograré olvidar en mi vida. Tampoco olvidaré a todos mis compañeros o “herman@s”, ya que, al fin y al cabo, pasamos 12 días juntos; y cuando digo compañeros me refiero a Ruta de las Estrellas, Shelios, AAP, GOAT y los demás. Esta expedición ha sido un éxito aparte de algún imprevisto como las zonas residenciales y alguna que otra comida, pero me ha parecido una de las cosas más bonitas, emocionantes y emotivas de toda mi vida. Gracias por estar allí y vivirlo."
-Pablo Brito Pérez-

"Todo cambió, y la noche ganó al día. Durante unos pocos, pero intensos instantes, un cúmulo de sensaciones inundó mi interior como nunca hasta entonces lo habían hecho: amor, tristeza, alegría, nostalgia… Una experiencia única e inolvidable que nunca pensé que me pudiera llegar a llenar tan gratamente, y que espero que queden en mis recuerdos para el resto de mi vida."
-Sonia Chinea Pérez-

"Cuando vi que el momento del eclipse se acercaba, los nervios iban aumentando. Sentí como si el tiempo se detuviera poco a poco y todo quedara en silencio. Sólo me limite a mirar el maravilloso espectáculo. Después del eclipse tuve una explosión de sentimientos, grité, lloré, salté…me sentí libre, fue como si el cielo se revelase y nos mostrara su parte mas escondida y preciada. También me sentí afortunada por estarlo viendo con tantos profesionales y en esos momentos todo lo bello que había visto antes me pareció incomparable al eclipse.
Ha sido la experiencia de mi vida que jamás olvidaré. La cosa más increíble que he visto en mis 16 años. Quiero volver a sentirme así pronto, porque es impresionante, algo que no se puede decir totalmente con palabras, solo puede sentirse."
-Verónica Martín Díaz-

"Normalmente suelo ser muy profunda a la hora de expresar algo por escrito, sin embargo en esta ocasión me limitaré a encontrar las palabras más sencillas para definir algo tan complejo como es una sensación que para mi cuerpo fue desconocida. Para ser sincera, el día del eclipse iba a ser como otro cualquiera. Hacía memoria y recordaba las palabras del jefe cuando intentaba con verdadero afán describir reacciones para aquel momento, lo cierto es que a pesar de su largo discurso, en mi memoria tan solo quedó una frase en la cual dejábamos de ser personas si no percibíamos ninguna sensación ante aquel maravilloso fenómeno.
Fue tan grande mi osadía, que me atreví a adelantar acontecimientos. Estaba completamente segura de que el día del fenómeno se manifestaría como un día completamente normal en el cual mi cuerpo iba a mantenerse a la expectativa de todo sentimiento ajeno haciendo caso omiso a lo que yo pudiera experimentar, y por fin llegó el tan ansiado momento, pasaban los minutos y mis ansias por ver el eclipse iban en aumento. La luna había realizado ya, la mayor parte de su trabajo, ¡Era el día artificial! Todo era aparente. Cayó la noche, noche fantástica, irreal pero a la vez tan verdadera como la vida misma. Era una noche diferente a las demás, por el ambiente rondaba la magia, el deseo y sobre todo la ilusión de 40 personas.¡De repente sentí como mis ojos humedecían! No lo creí, pues yo era hasta el momento la mujer fría y sin embargo dejé correr la primera lágrima y tras ella la segunda, mis ojos se habían vuelto tolerantes, tanto así, que no pude parar de llorar. Por primera vez no fui capaz de predecir mi cuerpo y eso fue lo que más me impactó. En fin un eclipse que ya ha pasado a formar parte de mis 7 maravillas personales. Siento haber sido, una vez más fiel a mis costumbres y haberme enrollado como una persiana para resumir todo en un ¡UAUH!"
-Victoria Cabrera Curbelo-

"Me pregunto si esa sensación tiene nombre o si sólo yo se lo daría por la importancia que tuvo para mí… Si ese cambio que en mí produjo es el mismo que se produjo también en mis compañeros o no... Lo único que sé es que para todos significó algo..estoy segura...para algunos más...para otros menos…pero algo de esta envergadura no pasa desapercibido ni por los ojos ni por la vida de nadie. No todos los días ves parar al mundo ente tus ojos… porque así fue. Desde pequeñitos nos enseñan que a partir del Sol es que existe todo…que sin él nada sería...¡pero me engañaron! Poco fue el tiempo que dejó de estar ahí para regalarnos un espectáculo mejor…más corto, cierto, pero mejor.. Fue como abrir los ojos y encontrarme en otro lado...como si ya nada tuviese explicación y todo lo que me contaron sobre el mundo ya no fuera cierto…¿acaso el Sol se puede ir y abandonarnos? Claro que no, hombre, ¡qué ocurrencia! No nos dejó a la intemperie...nos regaló un maravilloso truco de magia y de color...nos regaló su más bella oscuridad… Para todos duró poco, muy poco...pero peor es no haberlo visto.
Lo único que me consuela es que si una maravilla como esta durase mucho más...perdería su belleza... Encantada de vivir lo vivido en la más bella compañía, me despido con el deseo de volver a vivir otro eclipse."
-Virginia Pérez Corujo-





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