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Diario de la Expedición
Imágenes
Crónica:

30 de julio de 2008

En ruta con Kapuscinski.

Hace calor. Ya lo esperábamos, porq ue llevamos tiempo consultando las previsiones pero de alguna manera nos sigue sorprendiendo que en Siberia haga calor. Culpa de las ideas preconcebidas. Cuando el Transiberiano llegó a la estación de Novosibirsk el termómetro marcaba 28 grados y dicen que a veces alcanza los 35 en esta época del año. Es el clima de esta parte de Siberia, mucho calor en verano y un invierno gélido, en torno a los 25 grados bajo cero. Menos mal que el eclipse se produce en agosto. Segunda sorpresa. Los volantes de los coches se alternan a la izquierda y a la derecha, pero se conduce de la misma manera que en España. Es una de las consecuencias de estar más cerca de Oriente que de Occidente. Los siberianos acuden a Valdivostok, a comprar coches japoneses, les resulta mucho más económico, pero en Japón conducen con el volante por la derecha. Misterio resuelto.
Observamos curiosos esta ciudad que tiene apenas 118 años de existencia, y alberga un millón y medio de habitantes pese a su juventud. Cruzamos la plaza de Lenin junto al Palacio de la Ópera. El líder de la Revolución señala esculpido en bronce el camino a seguir por la Unión Soviética, Rusia camina justamente en sentido opuesto pero aún es posible observar las huellas del pasado comunista. La URSS, tan cerca y tan lejos. Nuestro alojamiento en estos días es precisamente una antigua residencia de vacaciones de “trabajadores del pueblo”, aquí recibían su premio los abnegados obreros y funcionarios que se ganaban unos pocos días de veraneo. Se ve que Siberia entonces, no era sólo símbolo de destierro.
El entorno es bellísimo: un espeso bosque de pinos y abedules que desciende suavemente hasta el lago Ob. Desde sus orillas de blanca arena de río no se alcanza a ver los límites del lago, será por eso que aquí lo llaman Mar de Ob. Por suerte la malla verde de abedules, pinos y helechos impiden que se vean a distancia los edificios donde vamos a dormir, ejemplo de la ausencia de concesiones del régimen ruso hacia los fundamentos plásticos del buen gusto. Como mandaban los cánones soviéticos el conjunto residencial es espartano y, de nuevo, nos vemos obligados a compartir ducha y baño. Las expediciones se convierten con frecuencia en pequeños viajes en el tiempo. Ahora truena en esta parte del planeta y llueve con fuerza, el calor del día provoca estas tormentas de verano. Los alumnos aprovechan las instalaciones deportivas para jugar al baloncesto y poco a poco los miembros de la expedición se sienten más personas después de una ducha. Pero ya todos pensamos en el cielo. En el eclipse del día uno. Hay un 60 por ciento de posibilidades de tener el cielo despejado y todos esperamos que la ley de probabilidades nos de la razón. Mañana realizaremos las primeras mediciones junto al lago. Para entonces suponemos que habrá escampado.

ROBERTO GONZÁLEZ

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