Diario de la Expedición
Imágenes
Crónica:
20 de julio de 2009

Los Guerreros de Terracota.

15:03 ¡NOS VAMOOOOS! Estamos sentados todos en el vagón del tren, literalmente empapados otra vez en sudor. Todo nuestro equipaje se encuentra encima de las literas. En este tren desvencijado, abigarrado, angosto hasta el extremo, vamos a pasar las próximas catorce horas. Probablemente las catorce horas más asfixiantes y ruidosas que muchos de nosotros hemos experimentado en toda nuestra vida. Abandonamos Xi´an para irnos a Chongqing, capital de la provincia del mismo nombre. Y desde allí marcharemos al Parque natural de la Montaña de Huaying. Ese es el lugar del planeta desde el que la expedición Shelios observará el eclipse total de sol del día 22 de julio de 2009. 
Pero hoy no sólo hemos atravesado decenas de túneles escavados en las montañas de China, en nuestro vagón de tercera clase. No nos podíamos ir de Xi´an sin ver de cerca una de las más grandiosas expresiones artísticas del ser humano: Los Guerreros de Terracota. Este ejército de guerreros de dos mil años de antigüedad fue descubierto en 1974 por unos campesinos que escavaban buscando agua. Los mandó fabricar el emperador Quinshi Huangdi, artífice de la unificación de los estados vasallos en un solo imperio. Quinshi Huangdi ordenó comenzar este colosal mausoleo a la edad de trece años y las obras se dieron por finalizadas a sus cincuenta y tres. Empleo a trescientos mil artesanos y trabajadores: ni más ni menos que un tercio de la población de la ciudad de Xi´an.
Caballos, soldados, generales, carros elaborados con arcilla amarilla cocida sobre un armazón hueco, configuran un continuo sobrecogedor  bajo el enorme techo de la nave que los contiene. Cada uno con su expresión, con sus rasgos y con sus dimensiones. El más alto mide un metro y ochenta centímetros. En origen, todos ellos iban equipados con armas de bronce y recubiertos de pintura policromada. Dicen que los artesanos se tomaban unos a otros como modelos. Aún hoy las tareas de restauración y excavación siguen proporcionando nuevos integrantes a este séquito del emperador en el más allá.
De camino a la estación de tren también hemos contemplado su muralla.  Con sus catorce kilómetros de diámetro dicen que es la mejor conservada de toda China.