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Diario de la Expedición
Imágenes
Crónica:

10 de julio de 2010

Día pasado por agua

Es ya una tradición en las expediciones para observar eclipses totales de Sol el estar pendiente el día anterior de los avatares de la meteorología. Hay dos cosas importantes en esta aventura de ir tras la totalidad; una es el llegar al lugar por donde va a pasar la sombra de la Luna; y la otra, que el clima acompañe en ese momento. El primero de los requisitos lo hemos logrado llegando a este remoto rincón del Pacífico, y el segundo, como siempre, depende sólo de la suerte.

En esta ocasión, la novena expedición de Shelios en busca de un eclipse total de Sol, esta suerte se muestra un tanto esquiva. El día de hoy ha sido dedicado por entero a visitar los enclaves arqueológicos más importantes de esta fascinante isla. Aunque ayer ya tuvimos un primer contacto con algunos moais, hoy hemos visto en todo su esplendor y su entorno natural a estas enigmáticas estatuas. El Ahu Tongariki, una plataforma con quince moais en hilera frente al mar restaurada a principios de los años 90, fue el primer lugar que tuvimos la ocasión de ver en una víspera del eclipse en la que la lluvia practicamente no paró en toda la jornada. Pero fue la cantera donde se tallaban los moais, la ladera del volcan Rano Raraku, con más de cuatrocientas estatuas en diferentes etapas de construcción, la que más nos cautivó. Las imponentes y altivas cabezas de los moais, medio enterradas y dispersas en las colinas, formaban un paisaje realmente espectacular, y cuesta poco imaginar a los artesanos pascuenses de hace siglos trabajando la toba volcánica para dar forma a estos colosos de piedra. Uno de ellos, abandonado en pleno proceso de tallado, tiene más de 21 metros de longitud y un peso aproximado superior a las doscientas toneladas.

La pertinaz lluvia nos caló hasta los huesos en nuestro paso por la playa de Anakena, en el norte de la isla, uno de los lugares candidatos para establecer el campamento para observar el eclipse. Pero fue en el Ahu Akivi, uno de los pocos situados en el interior de la isla, donde los caminos embarrados hicieron que uno de nuestros vehículos se averiase y tuviéramos que esperar por turnos bajo la lluvia para regresar al hotel. Este lugar, Ahu Akivi, es en principio el sitio donde instalaremos los equipos de observación. Las previsiones meteorológicas dicen que mañana mejorará sustancialmente el tiempo, así que nos acostamos con el deseo de que la luz del Sol brille mañana en el cielo de Rapa Nui.

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