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Diario de la Expedición
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Crónica:

14 de julio de 2010

"Salgan, temblor"

Los últimos días hemos estado más en movimiento de un sitio para otro que visitando los que son el siguiente destino fundamental de la expedición Shelios 2010, los grandes observatorios astronómicos profesionales que se encuentran en los Andes chilenos. El plan previsto era poder ver las instalaciones que diferentes instituciones internacionales europeas y estadounidenses, principalmente, tienen en varios puntos de la cordillera de los Andes. Sin embargo, restricciones de seguridad han hecho que los observatorios de Cerro Tololo, Las Campanas y Gemini nos hayan denegado el acceso, por lo que el día de hoy únicamente hemos visto el Observatorio de La Silla, situado a casi 160 km de donde nos alojamos, la ciudad costera de La Serena. Perteneciente al Observatorio Europeo Austral, este fue el primer complejo de telescopios instalado en Chile en la década de los años 60. Los mayores telescopios de La Silla, como el de 3.6 m, han protagonizado algunos de los descubrimientos más relevantes de la astrofísica moderna, como el primer hallazgo de planetas extrasolares fuera de nuestro Sistema Solar.

A pesar de que la visita fue demasiado rápida, tuvimos un primer contacto con el fantástico emplazamiento de estos observatorios, y nos dimos cuenta de primera mano de las excelentes condiciones de estos lugares aislados en medio de los desiertos andinos. Lo aislado del sitio, sin embargo, que hizo que el viaje de ida y vuelta desde La Serena nos llevase casi seis horas en total, nos limitó el tiempo disponible para realizar nuestras propias observaciones. La casi perenne niebla costera en esta parte del Pacífico motivó que tuviésemos que movernos en los autobuses hacia el interior y ascender para tratar de evitar las nubes bajas. Asi, llegamos a uno de los observatorios públicos que hay instalados en esta región chilena; el Observatorio de Mamalluca. Por desgracia, la niebla no nos dejó disfrutar del cielo austral, y sólo pudimos ver las instalaciones de este lugar, dedicado a la divulgación y didáctica de la astronomía.

Como hecho curioso, una de las actividades que se realiza en Mamalluca es una corta sesión de música andina a cargo de los propios guías del observatorio y durante la misma, percibimos durante unos segundos un ruido sordo que surgía de la tierra. Inmediatamente, los músicos pararon, y uno de los guías locales dijo con toda tranquilidad "Salgan, temblor". La naturalidad con que los asistentes al observatorio evacuaron el mismo (nosotros lo hicimos igualmente pero con la naturalidad forzada), nos dejó claro que ésta es tierra de terremotos. Un "atractivo" extra que añadir al duro día de hoy...

Mañana será de nuevo otra larga jornada de viaje en autobús nocturno rumbo al Norte, Antofagasta, para visitar al día siguiente la joya de la corona de los observatorios andinos, Cerro Paranal, donde se encuentra el mayor conjunto de telescopios ópticos del planeta, el Very Large Telescope.

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