Diario de la Expedición Narsaq: regreso a la civilización, Hoy abandonamos el campamento fletán. El propósito es pasar la noche en el hostal Leif Eriksson en Qassiarsuk. En el camino hacemos una parada en la ciudad de Narsaq situada a mitad de trayecto. Narsaq es un enclave de medio tamaño de la costa meridional con una población de unos 1700 habitantes. También llamada la "Riviera" de Groelandia su actividad se centra en la congelación de pescados. Sin embargo, para nosotros se convierte en la puerta de entrada a la civilización. Allí nos duchamos por primera vez en cuatro días y nos comunican que posiblemente, recuperaremos, al fin, el equipaje de catorce de los componentes de nuestra expedición. La alegría de tener la posibilidad de cambiarse de ropa se expresa en la cara de los compañeros. Hoy Narsaq está nublada, aún así sus habitantes saludan amigablemente a todo viajero que se acerca a pasear por sus calles. Los vivos colores de las casas destacan sobre el fondo gris del cielo. Los icebergs se asoman al fondo apareciendo como fantasmas entre los tejados. Grandes ventanales permiten aprovechar al máximo la luz. Ahora todo es claridad, en invierno la cosa cambia. Imaginamos largas noches y leyendas que se transmiten en la oscuridad. Los niños juegan tranquilos. No hay temor. Estamos en medio de la naturaleza. Los lugareños caminan tranquilos. Sin prisa observan cómo discurre la vida mientras venden pescado en la lonja. A veces, hacen una mueca y esbozan una ligera sonrisa viendo como los turistas, entre los que nos encontramos, le sacamos fotos a todo lo que se mueve.. Otra vez a la lancha, de nuevo ese frío que te corta como cuchillos. LLegamos rápidamente al hostal para preparar la conexión de esta noche. A ver si los hados del cielo nos permiten ver las auroras.
por Adela Iglesias Rodríguez www.expedicionesweb.com © Copyright 2023, Shelios® |